- Cafés Lúa>
- Comprar Café>
- Cafés del mundo>
- Café de Sudamérica
Café de Sudamérica
Unos orígenes desafiantes
Entre las laderas montañosas y las exuberantes selvas de sudamérica crecen algunos de los mejores granos de café del mundo. Una región famosa por su café, pero también por la historia vinculada a esta deliciosa bebida. Tenemos que remontarnos hasta el siglo XVIII para conocer el origen del café en sudamérica.
Si bien es cierto que las fechas bailan dependiendo del país, es alrededor de esta época cuando los colonizadores europeos introducen por primera vez las plantas de café en el continente. Una tarea nada sencilla pero que comenzó a dar sus frutos, nunca mejor dicho. Gracias a la combinación perfecta de clima, altitud y suelo fértil el café prosperó, convirtiéndose en una de las identidades del continente.
Brasil fue el primer país en disponer de plantaciones de café, allá por 1727 y, enla actualidad, se ha convertido en una parte vital de su economía. Más tarde llegaría a Colombia, concretamente en 1730. Sus tierras altas, el clima de montaña y las lluvias frecuentes eran el escenario perfecto para el cultivo de café. Sobra hablar de la bebida procedente de Colombia, ¿verdad? Se ha convertido no solo en uno de los máximos productores de café, sino que también es uno de los mejor valorados.
El café de sudamérica siempre ha estado vinculado a todo tipo de desafíos y dificultades, pero a pesar de los contratiempos, las generaciones cafeteras han logrado perseverar para traernos algunas de las mejores tazas de café que podemos disfrutar en la actualidad.
Una riqueza de sabores única
No hay dos tazas de café iguales en Sudamérica. Dependiendo de la zona, el sabor del café puede variar muchísimo, dando como resultado una de las mayores riquezas para los paladares.
Por ejemplo, el café de Brasil es popular por presentar una taza suave en la que sabor, aroma y el resto de cualidades de esta bebida entran en consonancia a la perfección. El café de Colombia, por su parte, presenta una taza muy especial, siendo especialmente famoso también por su ligero toque de acidez y en el que pueden distinguirse toques afrutados o achocolatados.
Estos son tan sólo algunos ejemplos. Cada país, cada región y por supuesto cada finca tienen su propio perfil de sabor; dando como resultado un café fascinante y en el que cada taza se convierte en un viaje para explorar la región y su cultura.
Los mejores cafés de Sudamérica
En Cafés Lúa ponemos a tu alcance algunos de los mejores cafés de Sudamérica. Uno de nuestros favoritos es el café de origen Brasil Type Japan. Se trata de una variedad arábica que se cultiva a baja altura, dando como resultado una taza con notas a miel, una acidez media y final dulce.
Para los verdaderos amantes del café gourmet, el Café Brasil de Finca Familia Mori es una auténtica delicia. Más de un siglo dedicado al cultivo de este grano y cuyos descendientes de emigrantes japoneses siguen dejándonos uno de los mejores cafés del país. Una experiencia que ningún “coffee-lover” debería perderse gracias a un sabor y aroma únicos.
Continuamos con el café de finca, en esta ocasión el café Brasil de Finca Frasquetti. Es la más joven de las propuestas dentro del café de Sudamérica; pero no os dejéis engañar. A pesar de que comenzaron su andadura allá por 2011, los hermanos Frasquetti cuentan con Certificación Fair Trade; destacando la floración tardía en la región, así como las cosechas que tienen lugar entre agosto y octubre.
Viajamos ahora hasta Colombia, uno de los países más famosos por el café. Y es que precisamente la producción de café en Colombia, ha disparado su popularidad, especialmente desde la etapa de la revolución industrial, momento en el que se disparó la demanda en Estados Unidos.
Pero, ¿en qué se diferencia el café de Colombia con respecto al de Brasil? Colombia tiene hasta cuatro denominaciones nacionales (Santander, Antioquia, Huila y Cauca); sumando además que el fruto se recoge de manera manual, a diferencia de Brasil. A todo ello se añade el clima, con unas condiciones idóneas para el café. En lo que a la taza final respecta, Colombia deja una bebida homogénea, con buen cuerpo y buena acidez. Destacan también sus toques florales y afrutados con aroma intenso.